Esta película es un retrato de París visto por Souleymane, un refugiado de 18 años de Darfur. Tras llegar a Francia después de un traumático viaje de cinco años, la "ciudad de la luz" con la que había soñado, lejos de cumplir sus expectativas, le inflige nuevas dificultades. La dureza de las situaciones va acompañada de una poesía agridulce. Siguiendo a Souleymane, la película recorre el viaje de los migrantes por París: las acampadas callejeras, las interminables colas ante las autoridades, las redadas policiales y la movilización de los vecinos para ayudar a los refugiados. La cámara es testigo de la metamorfosis de una ciudad y nos muestra la aparición de nuevas fronteras interiores: kilómetros de vallas para hacer inaccesibles los callejones bajo el puente del metro, piedras para impedir que los inmigrantes se acuesten, rondas de guardias para desalojarlos.